Hoy va por ti. Por estar un año ya sin ti. ¿Sabes una cosa? Te echo de menos. Te echamos de menos. Éramos diferentes, muy diferentes. Pero el enorme corazón que tenías te hacía diferente. Ir a verte a tu casa y oírte decir "Hola Cuñao", acompañado de tu risa inconfundible, era todo uno. Luego iba acompañado de "Dama, no le subas encima", esa perrita juguetona que seguro estás viendo en el cielo (mira que no creo en el cielo, pero tú te lo ganaste).
Seguro que allí donde tu alma esté, estás pendiente que todo vaya bien. Seguro que allí por donde tú estás, habrás encontrado ese punto de vista que hablábamos sobre las cosas de la vida. ¿Yo que te puedo contar desde aquí? Pues que algunos de tus actos conmigo me han creado una especie de vínculo que no quiero romper. Si tú supieras como llegaste a ok, muchas cosas hubieran ido diferente. Muchas. No eras nuestra cuñada, en parte ya eras una hermana.
Recuerdo el primer día, en el que Jordi nos presentó. Casi no llegas a la cafetería ... Por mi culpa. Nos citamos los tres en el Passeig de Grácia de Barcelona. Llego con el coche y no encuentro párquing. Voy dando vueltas, gira que te gira. En un semáforo en ámbar, freno de golpe porque casi atropello a una chica. A los dos minutos, aparco. Me encuentro con Jordi, y mientras le cuento lo que me había pasado, la chica a la que casi atropello entra en la cafetería. ¡Eras tú!. Solo contaré que nos echamos unas risas, me dijiste algo que quedará para los asistentes, y luego seguimos teniendo una tarde muy buena.
Yo solo sé que tengo hecha una promesa a ti, que la cumplo lo mejor que sé. No la olvido, no la he olvidado. Como tampoco olvido lo que me dijiste la última vez que nos vimos... "Vas a salir adelante, te va a costar, pero lo harás. Tú puedes ver más allá".
Sembraste amor hacia los demás, y aquí no te olvidamos.
¡Nos veremos más allá de las estrellas, cuñada!
Comentarios
Publicar un comentario